¡Transfiguración!

¡Transfiguración!
¡Ven Señor Jesús!

martes, 16 de febrero de 2010

SAN RAFAEL GUÍZAR Y VALENCIA, ofs




El Señor Obispo Rafael Guízar y Valencia, nació en Cotija, Michoacán el 27 de abril de 1878, siendo un infatigable misionero en varios estados de la República Mexicana y en varias naciones como Cuba, Guatemala, Colombia y el sur de Estados Unidos. Fue apóstol amantísimo de los niños y de los pobres, consagrado Obispo de Veracruz, el 30 de noviembre de 1919, se dedicó con todo entusiasmo a la Evangelización de su grey, y a la formación espiritual y científica de sus sacerdotes y seminaristas fundando el Seminario de Xalapa.

Se distinguió por su amor a la Sagrada Eucaristía y a la Santísima Virgen María, así como por su amor y adhesión a la Santa Sede. La pureza y alegría, la caridad y el espíritu de sacrificio adornaron de manera especial su alma. Vivió en santidad y murió con esa fama el día 6 de junio de 1938 en la Ciud
ad de México, D.F. Su cuerpo fue trasladado a la ciudad de Xalapa, Veracruz, donde fue sepultado en el Panteón Municipal en medio de grandes manifestaciones de fe. Actualmente sus restos se encuentran en la capilla que lleva su nombre, dentro de la Iglesia Catedral de Xalapa.

El Papa Juan Pablo II lo declaró Beato el día 29 de enero de 1995 en la Basílica de San Pedro en Roma. El 18 de mayo del 2005 se anunció en Roma su inminente canonización y Su Santidad Benedicto XVI la efectúa el día 15 de octubre del 2006 inscribiéndolo en el Catálogo de los Santos en ceremonia desde El Vaticano.

FUE TERCIARIO FRANCISCANO
Por Fray Domingo Guadalupe Díaz, O.F.M.[1]

“Jesús… todos los cánticos que pudieran repetirse en la eternidad, no llegarían
a expresar lo que yo quiero decir. Invitaría a todas vuestras criaturas a
bendeciros, y siento que la tierra y el cielo no tengan bastante voz para
manifestar los sentimientos de mi alma y daros acciones de gracias
proporcionadas a lo que os debo…"

Monseñor Rafael Guízar y Valencia

Testimonio de Profesión como Terciario de San Rafael Guízar y Valencia, solicitada por el Asistente Espiritual de la OFS, Fray Ismael Ortiz Matías, ofm.

“El Venerable Mons. Rafael Guízar y Valencia, Quinto Obispo de Veracruz y terciario franciscano, fidelísimo emulador de sus hermanos de hábito los misioneros franciscanos del siglo XVI en Anáhuac, avanza hacia los altares.

Profesión Franciscana

En los lugares donde Mons. Guízar ofrendó su vida en el holocausto apostólico: México, Estados Unidos, Cuba y Guatemala, los sacerdotes, religiosos y fieles, testigos de sus portentos, me han contado en mis viajes por esos países, las maravillas que obraba con su fe en Dios y su ardiente caridad para con las almas, virtudes que, alejado de su patria, con motivo de la persecución religiosa, se acendraron en Cuba con su ingreso a las filas de los hijos de San Francisco de Asís.

En el libro de Toma de Hábito y Profesión de V.O.T. –Venerable Orden Tercera- en la ciudad de Remedios, de aquella nación antillana, aparece el siguiente documento de Monseñor, quien precisamente para resguardarse de la persecución se presentaba allá como Rafael Ruiz: “Hermano Rafael Ruiz, Pbro. Misionero, ingresó el 8 de mayo de 1917; profesó en 15 de junio de 1918.”

Los frailes cubanos me han hablado acerca de las aventuras seráficas de nuestro ilustre compatriota, aventajado discípulo del Serafín de Asís, autor del “Cántico de las Criaturas”.

Baste un ejemplo para comprobar este aserto: En una de las innumerables misiones dadas por Monseñor a lo largo del territorio de la Isla, y que organizó en la iglesia de San Francisco en La Habana, distribuyó a sus misionados una hojita impresa como “recuerdo” de la que copio su texto:

“Acción de gracias después de la Sagrada Comunión. Jesús, os doy gracias… ¿Qué más os diré? Mi corazón se siente abrumado de gratitud y faltan palabras para expresar sus acciones de gracias; os debo infinitos bienes.

Todos los cánticos que pudieran repetirse en la eternidad, no llegarían a expresar lo que yo quiero decir. Invitaría a todas vuestras criaturas a bendeciros, y siento que la tierra y el cielo no tengan bastante voz para manifestar los sentimientos de mi alma y daros acciones de gracias proporcionadas a lo que os debo. ¿No me habéis dado en la Sagrada Comunión, más que todas las criaturas, más que los cielos, más que los ángeles y más que la misma Virgen María?...

El Todopoderosos, cuyo Nombre es Santo, ha hecho en mí más grandes cosas… ¿Podías hacer más?... Virgen María, ofreced para siempre a Jesús vuestra sublime acción de gracias en lugar mío; ofrecedle vuestro intenso amor por el mío tan imperfecto; glorificad por mí a Aquel a quien jamás podré alabar y bendecir como merece…”

La Mayor Caridad

Con toda propiedad podríamos llamar a Mons. Guízar “El Pobrecillo de Xalapa” y el “Patriarca de los Pobres” tanto era su desapego de las cosas de este mundo. Con toda dificultad lograban sus familiares conseguir que sostuviera sobre su cuerpo vestiduras nuevas, pues las regalaba y volvía a las anteriores, tan frecuentemente rasgadas y desteñidas por el sudor de sus tareas apostólicas. Todo lo daba a los pobres de Cristo, quienes le seguían en largas, muy largas filas para recibir de él consuelo, ropa, alimento… su inigualable amor a sus sacerdotes y sus fieles lo llevó en verdad hasta la más alta cumbre de la caridad cristiana. Nadie tiene mayor caridad –dijo Cristo Nuestro Señor- que quien da la vida por sus hermanos. Y Mons. Guízar la ofreció por ellos:

“Señor Gobernador, hoy ofrezco a Usted, de la manera más solemne, ante todos los habitantes de la República y del mundo entero donde será conocido este telegrama, presentarme ante Usted personalmente para que me hiera y me dé la muerte, si Usted, en cambio, se compromete a dejar a mi pueblo católico en ejercicio de su libertad y ano derramar la sangre de mis sacerdotes y de mis ovejas amadas.”

Capilla donde se veneran los restos de San Rafael Guízar y Valencia, ofs, en la Catedral de Xalapa, Veracruz.

Monseñor Rafael Guízar y Valencia siguió fielmente los pasos del Patriarca de los Pobres hasta convertirse realmente en el Pobrecillo de Xalapa, el Motolinía del Siglo Veinte. Su absoluto desapego a sí mismo y a todas las criaturas de Dios, es lo que lo unió íntimamente a Él. Esto es enteramente palpable a todos los que sabemos de su vida entera. Por ello, se unió con plenitud a las almas, en Cristo Jesús.” (Concluye el texto de Fray Domingo)

El Pbro. Justino de la Mora, colaborador del Santo Obispo, en sus Apuntes Biográficos acerca de él dedica el capítulo XXXI a:
La Dama Gloriosa de la Pobreza, para demostrar el estrecho vínculo entre San Rafael Guízar y San Francisco de Asís:

“La predilección que el Siervo de Dios tenía por la pobreza, nos lleva a recordar al Pobrecito de Asís, de quien era hijo espiritual, toda vez que perteneció a la V. Orden Tercera de San Francisco. Apacentaba su ánimo y lo recreaba en la contemplación de la pobreza de Cristo y así resolvió aquel excelso Patriarca “tomar por esposa, así decía él, a la Pobreza, viuda de Nuestro Señor Jesucristo”. El mismo Patriarca de Asís, despojado por su padre de la herencia paterna ante el Obispo del lugar, también devolvió a su padre la ropa que vestía para así exclamar conscientemente:
-¡Ahora puedo decir con más propiedad: Padre Nuestro, que estás en los Cielos!

Mons. Guízar, habiéndose despojado libérrimamente de los bienes de la tierra, tan sólo por hacer bien a las almas y llevarlas al Cielo, pudo repetir la frase lapidaria de San Francisco. Podríase aplicar también al misionero con toda verdad la expresión que el Apóstol, inspirado por el Espíritu Santo, dejó consignada en la 2ª Epístola a los Corintios, 9, al hablar de la infinita liberalidad de Cristo, quien “propter nos egenus factus est, cum esset dives”, siendo rico, por nosotros se hizo pobre.

Efectivamente, se ha hablado ya en otra parte, cómo Monseñor Guízar dedicó toda su herencia a la edificación de colegios y a su sostenimiento, a la propagación de las misiones y a aliviar las necesidades ajenas. Se ha hablado, asimismo, de la Congregación que fundó y a la que nunca perteneció, prefiriendo permanecer fuera de la Congregación, para poder prestarle ayuda económica eficaz. Se ha hablado igualmente de lo que hizo por su Seminario y cómo sobre él gravitaban los crecidos gastos que requiere una institución de esa naturaleza. El número de menesterosos y enfermos que reunía en el Seminario, mientras hallaba un hospital donde internarlos para la curación…”

Hoy mismo, quien recupera los documentos eclesiásticos que dan fe de la terciaridad de San Rafaelito es un Hermano Menor, se trata de Fray Ismael Ortiz Matías, ofm, -Asistente Espiritual Regional- pues solicitó a la Diócesis de Santa Clara, específicamente a la Parroquia Mayor de San Juan Evangelista de los Remedios, Provincia Villa Clara, Cuba, la verificación legal de los datos que eran citados en algunas biografías. Por respuesta recibió un facsímil del Libro de Registros de la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís; asimismo, la Iglesia Cubana le envió un certificado en el que se convalidan los registros, ese documento es rubricado por Monseñor Marcelo Arturo González Amador, obispo de la Diócesis de Santa Clara; por Pbro. Fray Samuel Franco Zermeño, ofm, Guardián y Párroco; por Pbro. Fray Agustín Ibarra Díaz, ofm, Asistente Espiritual de la OFS, y por la Hna. Isabel Marina Fernández Boán, ofs, Ministra de la OFS. Los documentos llevan los sellos Episcopal, Parroquial y de la Fraternidad local, el informe está fechado el 28 de agosto del 2008. Este logro de Fray Ismael es sólo una muestra al gran celo que siempre ha demostrado como Asistente Espiritual de la Orden Franciscana Seglar.

Su Legado a la Tercera Orden

Para la Tercera Orden Franciscana es motivo de felicidad contar con un Santo de la estatura evangélica de Monseñor Rafael Guízar y Valencia, más aún para la fraternidad terciaria de la Inmaculada Concepción de la Catedral Metropolitana de Xalapa, Veracruz, pues a él debe su refundación. La erección canónica fue el día 5 de octubre de 1936 por instrucción de San Rafael Guízar y Valencia, obispo de Veracruz, dando cumplimiento el Encargado de la Parroquia del Sagrario, Sr. Canónigo Miguel Meza junto con un grupo de seglares comprometidos.

Así San Rafael, como terciario franciscano, recupera para la ciudad su origen cristiano sustancial al reinstaurar aquella Tercera Orden que habían traído nuestros primeros padres en el año de 1536, habiéndola hospedado en el convento parroquia dedicado a la Natividad de Nuestra Señora de Xalapa según lo leemos en la siguiente crónica:

"Fábrica sólida era la de este convento, y su iglesia, de una sola nave, capaz y de proporcionada altura, arcos de punto entero y bóvedas sostenidas por jónicas pilastras, más coro amplio con buen órgano, sus pequeños retablos y uno de muy buen gusto con una imagen de san Diego de Alcalá. A esta iglesia se hallaba anexa una capilla del Tercer Orden, con muy lucida hermandad. "[2]

La obra como Hermano Terciario del Santo Obispo ha rendido frutos pues de esta Fraternidad de la Inmaculada Concepción de Catedral han salido los fundadores de las demás hermandades que hay en Xalapa -cinco en total. Por todo ello, los hermanos de la Orden damos gracias a Nuestro Señor Jesús y a María Santísima por permitirnos disfrutar del legado espiritual de nuestro pastor San Rafael Guízar y Valencia, ofs.

[1] Este reporte es un extracto de la Revista: Hacia los Altares del bimestre marzo-abril de 1965, volumen N° 46
[2] CASTILLO Fuentes, Eliseo. Arquitectura y Patrimonio Histórico en: Ensayos sobre la cultura en Veracruz; p. 93. Ed. Universidad Veracruzana. México 2000.

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